Todo empezó cuando veo un espectacular con la fotografía de Anna Ciocchetti en una postura bastante sugerente sobre avenida universidad que decía:
"Busco una relación pornográfica, contáctame".
Me hago hacia la derecha, pongo las luces intermitentes, freno el motor del coche y cuando voy apuntando el correo electrónico descubro que es una obra de teatro. Caray!! Otra oportunidad que se pierde. Pensé mientras seguí mi camino, bueno habrá que verla. Así que decidí invitar a una amante del teatro igual que yo, a mi bella y queridísima amapola (Elizabeth, gracias por acompañarme, sin tí la obra y la charla nocturna nunca hubieran tenido el mismo significado, besos), vamos a ver la obra al Centro Cultural Helénico y descubrimos ciertas virtudes en la obra y otras sugerencias absolutamente personales, aún no somos dramaturgos para ser tan críticos.
La conclusión, es que ésta obra me dejó pensando varias cosas, vale la pena verla por eso, más allá de estar bien montada o no, la obra regala una reflexión acerca de las relaciones de pareja y el sexo. Como yo hace miles de años luz he dejado de creer en la palabra "amor" y sus consecuencias, soy de esas personas solitarias que conocen el amor por la literatura y charlas de amigos, desde hace tiempo he decidio sólo creer en el sexo y no en el amor, (buu qué mal, pero así es), porque la única relación fiel que tengo en la actualidad, es la de mi perro.
La obra vale la pena para cuestionarse acerca de nosotros mismos, asumir esta erótica diferencia entre el amor y sexo, con una pareja, y como yo no tengo ninguna de las dos (por el momento), he decidido sustituir esas palabras en mi vida por el arte, la literatura y el teatro, esos son mis grandes amores, pasiones, amantes y los más puros orgasmos que pueda llegar a sentir, hasta que encuentre a la mujer que me haga cambiar de opinión. He dicho.
besos pornográficos totales,
