viernes, enero 05, 2007

Pablo Neruda aún vive



Pablo Neruda aún vive

Neruda aún vive, vive en Chile, en cada una de sus casas, en la Sebastiana de Valparaíso, la Chascona en Santiago, y en la Isla Negra, que jamás conocí salvo en fotos, ahí donde su tumba es sólo su cama que usa de vez en cuando, porque él está en todas partes, en las calles, sobre el viento frío chileno que recorre la ciudad, otras más recibiendo el calor de su capital y observando poemas sobre el mar.
Cuidando a su pueblo, a su gente; advirtiendo silencioso a sus habitantes y a el mundo en el que vivimos, que la vida es una y hay que cuidarla, que el amor desaparece y hay que vivirlo, que la sensibilidad es la mejor arma en el mundo, que las palabras sinceras son eternas.

Está presente en cada región de Chile, de norte a sur, hasta el último punto del continente, la parte más austral del país, en los puertos, en la frontera y en cada copa de vino tinto.

Aún se le puede escuchar en los parques, en las uvas y en la mirada de los hombres que habitan ahí. En el lenguaje y en sus paisajes. Envueltos y sellados por el olor de Neruda, que está impregnado en el viento de Valparaíso, en Bella Vista, en los barrios altos y en los bajos, en las noches y en las estrellas que lo siguen acompañando en sus viajes nocturnos.
Cerca de los caracoles que dejan escuchar el sonido del ir y venir de un mantel celestial, que imaginó cada tarde, cada instante, cada noche.

Neruda está en Chile, está allá para todo el mundo, aún habla y sigue vivo, jamás murió. No ha muerto, aún no, la muerte no es lo suyo, no se ha despedido, sigue en su país y en cada una de sus casas, se siente, se huele y a veces hasta lo puedes ver.

Si quieres conocer a Pablo Neruda, está en Chile, ahí vive, y de ahí no se va a ir, porque es su lugar, ahí lo puedes encontrar, ahí está en su tierra, con su gente, en su mar.