lunes, mayo 26, 2008

Crónica de una agonía anunciada

En unos días no quedará nada. Después de haber conocido a Alicia, a mi buen Atreyu, hablar con Quijotes, volar con demonios, brujas y ciegos, comer luciérnagas de sueños y beber versos cursis, verdes y mediocres. Aceptar por fin que soy una roca, parece que el mundo grita y me empuja hacia ningún lado. Es el momento de escribir sin saber hacerlo, es tiempo de vivir sin haber nacido.